Octubre 2016
Nombré éste articulo así para de una manera u otra
rendir un homenaje a Don Agustín González Escopeta, Don Cristino Lorenzo (por
lo de furbol) y a Don Ignacio Tréllez Campos.
Recuerdo cuando Don Nacho se enfrentó contra la
Selección de Costa Rica, en donde un aficionado apasionado tico, agredió por la
espalda al entrenador mexicano cuya actitud fue merecedora de admiración. Lo
tomó con calma y mucho “colmillo”.
Otro recuerdo que me asalta es que - en esa época - todavía
el futbolista mexicano era bohemio, como quedó escrito en artículo de
entrevista a Don Horacio Casarín. Lo comento porque en un pentagonal, recuerdo
como a determinado jugador lo sacaron a las 5 o 6 de la mañana para tener que
jugar en el Estadio de C. U. a las 12 del día, por supuesto el jugador parecía
un poste y el campeón mexicano perdió ante el River Plate por 5 goles a 1. El
pueblo intuyó y supo lo que había sucedido.
Pero en lo referente a la selección mexicana de
futbol, si es conveniente resaltar que aquélla selección de 1962, en verdad ha
sido la mejor, porque fue un parte aguas de cómo deben hacerse las cosas. Se
preparó bien y con tiempo al equipo, recordemos que en el centro del ataque
estaba un gran jugador llamado Carlos Lara argentino nacionalizado mexicano, la
afición mexicana y los cronistas veían con gusto al equipo, estos últimos narraban
entusiasmados los juegos celebrados por esta Selección, incluso en entrevistas,
los jugadores brasileños vieron que el equipo mexicano iba a ser un gran
contendiente. ERA UN GRAN EQUIPO. Pero …………………………. los intereses extra futbol
no iban a permitir que eso sucediera y
de hecho lo cumplieron. Detectaron perfectamente donde estaba el peligro y
dieron con él. Había que sacar a como diera lugar a Carlos Lara, pues era la
causa de los goles junto con Salvador Reyes y el Chato Ortíz. Lo anterior quedó
demostrado en las eliminatorias. Recuérdese que en esa época a nuestro País se
le impuso una eliminatoria difícil, incluso al final tuvo que medirse con
Paraguay a quien se le venció en su propio estadio.
A partir de ahí los ataques en contra del centro
delantero argentino mexicano arreciaron. Había la consigna de meter en su lugar
a Héctor Hernández (centro delantero del Club de futbol Oro, y que había pasado
a las filas del Club Guadalajara) del que sabíamos, era buen equipero mas no a
nivel selección. En el periódico “Esto”, de aquélla época puede leerse en
diferentes días, lo narrado. De igual forma en el periódico “Ovaciones”. Así
las cosas para no detallar más, y no herir a quienes lo maquinaron, el centro
delantero mexicano fue lesionado en partido amistoso (recuerdo que fue en Irapuato,
Gto), por lo anterior y por presiones fue llamado a filas Héctor Hernández en
lugar de …… y …. y otros más que había.
El “Charro” Lara ya no pudo reponerse y para colmo se
lesionó su mancuerna futbolística, el “chato” Ortíz. Así las cosas (lo vimos
como pueblo que somos) la selección viajó a la República de Chile a cumplir su
compromiso y solo se logró una victoria (la primera en un mundial). De
inmediato se dijo que el autor de dicha hazaña había sido otra persona, se le
negaban los méritos a Don Nacho. Trataron de hacerle a Don Ignacio, lo mismo
que en 1958 (Ver los diarios de esa época). El desempeño del centro delantero impuesto
a última hora puede analizarse en los videos de los partidos contra Brasil y
España. Contra Checoeslovaquia no jugó.
Se supo por “radio pasillo” que hubo enojo entre los
jugadores mexicanos, porque tenían la seguridad de haber podido llegar a la final
si no se hubiera lesionado el “Chato” Ortíz, y sobre todo si no hubieran
lesionado a Carlos Lara. A partir de esa fecha varios jugadores del Club Guadalajara
pasaron a otros equipos, desintegrándose dicho equipo que ganaba títulos a
diestra y siniestra. Léanse las declaraciones de varios jugadores a su arribo a
tierras mexicanas después del mundial, en el periódico “Ovaciones” de esos
días.
Como aficionados nos quedó la impresión de que el
equipo mexicano, de haber estado completo como estaba en un principio, hubiera
llegado a la final, de no haber sido por la imposición de cierto jugador. Es
algo que a los viejos aficionados nunca jamás podrán desmentirnos.
Ing. Federico Juárez Andonaegui